miércoles, 28 de mayo de 2008

TERAPIA DE CANTO


La entonación de las vocales produce una sensación de tranquilidad y relajamiento, pero tienen que ser pronunciadas con toda la energía de nuestro aliento. Inmediatamente se percibirá la fortaleza producida por el hecho de haberse recargado con una nueva energía. ¿Cómo hacerlo? Tomemos como ejemplo la letra E. Primero hay que inspirar y luego, sin exhalar, pronunciar de manera fuerte y penetrante una larga E, abriendo la boca como se sonríe. No debe ser pronunciada como cantada, sino como un grito profundo. El sonido ha de ser uniforme y sostenido, es importante mantenerse en el mismo tono y la misma intensidad al principio, en el medio y en el fin.

Hay que detenerse antes de quedar completamente sin aliento, debemos dejar siempre una pequeña reserva de aire en los pulmones antes de terminar de emitir el sonido. Tomemos un pequeño descanso y repitamos tres o cuatro veces; al comienzo no conviene hacerlo más. Este sonido contribuye a despejar el cerebro, los ojos, la nariz y los oídos, a la vez genera una agradable sensación de alegría y placer. También el sonido del resto de las vocales ejerce un efecto determinado en distintas partes de nuestro cuerpo:
La a influye benéficamente sobre la parte superior del pulmón.

La e afecta a la garganta, la laringe, tráquea y las glándulas tiroides y paratiroides.

La i es un sonido que vibra en la cabeza y afecta la pituitaria y la glándula pineal, el cerebro y todos los órganos que están situados bajo el cráneo.

La o hace vibrar la parte inferior del pulmón, corazón, hígado y el estómago.

La u influye en los órganos urogenitales.

Las vocales no son usadas en orden, sino según la zona que se quiere hacer vibrar; se usan para limpiar los distintos conductos. Los yoguis sostienen que si hacemos que nuestra naturaleza funcione sin obstáculos, nuestros cuerpos estarán más limpios, más sanos.

PRINCIPIO DEL EQUILIBRIO

7 Principios de la Ecología Emocional

Dedicamos toda nuestra vida a entrenar nuestra mente: adquirimos conocimientos y nos enseñan a pensar, pero en el territorio emocional, en cambio, somos todos autodidactas, en mayor o menor medida.

Hay quien considera las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional.

La Ecología Emocional sostiene que no es así y que las emociones son un lenguaje distinto y complementario.

Una mente inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos.

Las emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo: nos indican si la ruta que hemos elegido es adaptativa o destructiva.

1
Principio de la autonomía personal.
"Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán".

2
Principio de la prevención de dependencias.
"No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos".

3
Principio del boomerang.
"Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti".

4
Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia.
"No hagas a los demás aquello que quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes".

5
Principio de la moralidad natural.
"No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti".

6
Principio de la auto-aplicación previa.
"No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo"

7
Principio de la limpieza relacional.
"Tener el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer como personas".

No somos responsables de lo que sentimos, las emociones no se eligen ni se planifican, pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos.

Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas.

Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta.

"Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional".

No busquemos la excusa de nuestras emociones que nos perjudican o perjudican a los demás en los hechos de los otros. Busquemos la causa, siempre, dentro de nosotros mismos, porque ninguna emoción de ningún ser puede tener acción en nosotros si nosotros estamos protegidos por el escudo del Amor y vibramos en esa sintonía.

Tú eleges qué deseas reflejar a tu entorno y eso mismo recibirás.